Sobre la anticipación

About anticipation

Med Int Méx 2024; 40 (11): 725-728. https://doi.org/10.24245/mim.v40iDiciembre.10018

Alberto Lifshitz Guinzberg

Academia Nacional de Medicina.

La esperanza es la anticipación de un buen futuro.

Santo Tomás de Aquino

El miedo es una anticipación del sufrimiento.

Pierre Gassendi

Cada partida es una anticipación de la muerte, cada reencuentro una anticipación de la resurrección.

Arthur Schopenhauer

La visión del futuro ha sido siempre una necesidad para todos los grupos sociales y no solo por razones frívolas, sino para poder conducir la propia vida. No es gratuito que se hayan creado tantos vocablos que relacionan el presente con el futuro ( Cuadro 1 ) y, aunque los hedonistas a veces suelen menospreciarlo, la mayoría de la gente se preocupa por él. Entre los pacientes, por ejemplo, los hay “futurofílicos”, que permiten cuidarse ahora para tener un mejor porvenir, y los “futurofóbicos”, que razónan que es mejor disfrutar de la vida ahora debido a que el futuro es incierto. La mayor parte de las religiones anticipan el panorama después de la muerte, condicionado al comportamiento durante la vida.

Para los médicos, el presente, el pasado y el futuro forman parte sustancial de la habilidad clínica, y han de tener la capacidad de ubicarse en las tres divisiones del tiempo. Del pasado se recuperan los antecedentes, el presente identifica los signos y síntomas actuales y el futuro se proyecta en los pronósticos. El pasado fue, en su momento, el espacio de la prevención, el presente es el del sufrimiento y el futuro será el de los desenlaces. Solo el presente es más o menos objetivo y vivo; el pasado debe evocarse y el futuro, predecirse. En su caso, el presente orienta a la retrospección ya la prospección. El presente pudo haber sido modulado, en cierta medida, mediante la anticipación; el futuro puede modelarse, también, con la anticipación. Anticipar es, entonces, el secreto para lograr modificar los acontecimientos relativos a los tiempos verbales.

La anticipación es el proceso psicológico por el que nos preparamos mentalmente para un resultado determinado que esperamos suceda en el futuro. No puede predecir acontecimientos fortuitos o inesperados, pero sí los que derivan de la evolución del presente visible. Anticipar permite tomar decisiones, por ejemplo, prevenir lo previsto, planear para manejarlo, delegar, modificar la tendencia. La anticipación, aunque es un proceso mental, tiene su versión activa, pues también significa actuar antes. Según esta acepción, no se trata solo de predecir, sino de influir en esa predicción. Anticipar es prever el daño y, si es posible, evitarlo, precisamente actuando antes de que ocurra.

Es un proceso fundamental no solo en la medicina clínica, sino en muchas otras actividades humanas. La formulación de hipótesis, por ejemplo, es una anticipación de lo que habrá de ocurrir. Una hipótesis es un enunciado, no verificado, que está pendiente de confirmar o refutar, y es la base de la investigación científica porque el protocolo se planea como las estrategias para validar o rechazar tal hipótesis. En la literatura y el cine existen las novelas de anticipación, que generalmente se refieren a temas de ciencia ficción, pero también la figura retórica de la prolepsis, que es un recurso narrativo que, interrumpiendo la narración, anticipa algún hecho futuro. El suspenso, que es siempre una estrategia atractiva, se logra precisamente manipulando la anticipación. En la música, la anticipación se expresa como una nota o conjunto de notas que, sonando al mismo tiempo que el acorde, anuncia el siguiente. La anticipación genética o génica permite adelantar las consecuencias fenotípicas de un cierto genoma o rasgo genético. En el deporte, la anticipación es básica para alcanzar el triunfo; si el portero de futbol no se anticipa a los delanteros claramente lo vulneran. La anticipación es uno de los principios básicos de las películas de animación. La planeación estratégica, tan ponderada hoy en día, se sustenta en la anticipación, en plantear futuros hipotéticos. Anticipar también es hacer que algo ocurra antes del tiempo señalado o previsible. Equivale a adelantar un acontecimiento.

Según los epicúreos, la anticipación es la imagen o conocimiento general que el espíritu se forma anticipadamente de un objeto y que posibilita su conocimiento más adecuado. Según Kant, es el conocimiento por medio del cual puede conocerse y determinarse a priori lo que pertenece al conocimiento empírico. 4

Aunque las palabras “anticipado” y “anticipatorio” están obviamente relacionadas, no significan lo mismo. Anticipado es el participio pasivo de anticipar o anticiparse, y anticipatorio es un adjetivo que aplica a lo que tiene la capacidad de anticipar. Anticipado puede ser un logro; anticipatoria es una acción. La llamada ansiedad anticipatoria –que tal vez podría llamarse anticipada– es un trastorno psicopatológico que le hace al sujeto angustiarse desde ahora ante el enfrentamiento a hechos futuros que se encuentran en su expectativa y que a lo mejor ni siquiera ocurrirán. Hay medicina anticipada y la hay anticipatoria. Con frecuencia, esta distinción resulta intrascendente pues, por ejemplo, las instrucciones que dejan las personas competentes para que se cumplan sus disposiciones relativas a su ortotanasia suelen llamarse voluntades o directrices anticipadas, pero podrían ser anticipatorias.

En las competencias comerciales, anticiparse es la clave del éxito, de modo que en su preparación los representantes de estas áreas aprenden tácticas para adelantarse a sus competidores. En la Medicina, si se atiende al modelo de la historia natural de las enfermedades, la anticipación es también la estrategia clave del éxito. Prevenir dejó de ser solo impedir la aparición de la enfermedad, sino evitar su avance, limitar su persistencia y reducir sus complicaciones y secuelas. Con el cambio paradigmático de la ciencia se abandona progresivamente el modelo newtoniano, mecanicista, y se va entrando en uno probabilístico, indeterminado. 5
Ya no es más Mycobacterium tuberculosis la “causa” de la enfermedad tuberculosa, sino acaso un factor más, necesario, pero no suficiente, pues una proporción alta de personas adultas sanas albergan al microorganismo en su cuerpo; algo parecido ocurre con otros agentes patógenos, como el virus varicela-zóster para el herpes zoster. Tampoco es la sola sobrealimentación la “causa” de la obesidad, ni el alcohol la de la cirrosis más que en términos probabilísticos. Las enfermedades (y todos los fenómenos naturales) son multicausales, por lo que la causa tiende a sustituirse por los factores de riesgo. La probabilidad tiene su vertiente optimista ya ella le apuestan muchos ( a mí no me va a pasar ). No es por nada el dicho de que “la prevención es el sacrificio de las libertades por una probabilidad estadística”.

Los factores de riesgo permiten anticipar la aparición de las enfermedades con las que se asocian estadísticamente y los factores de pronóstico, la aparición de complicaciones y secuelas. Actuar antes es la clave: no contemporizar con estos factores en espera de los daños, aunque se identifiquen oportunamente, sino actuar terapéuticamente contra ellos. Intervenir de manera temprana en las enfermedades crónicas significa anticipar y prevenir sus secuelas y complicaciones. Destapar las coronarias, con todo y que es un procedimiento que salva vidas, es una intervención muy tardía en un proceso ateroscleroso que comenzó al menos 20 años antes y que tal vez pudo haber sido detenido. Fotocoagular la retina para atender los daños establecidos, llegar a la diálisis o al trasplante renal, a la terapia con oxígeno en las neumopatías crónicas, a la neurorrehabilitación de las secuelas de la enfermedad vascular cerebral son, claramente, intervenciones tardías, por más efectivas que puedan resultar.

Un diagnóstico puede ser previsto, temprano, oportuno o tardío. Un tratamiento puede evitar, moderar, limitar o erradicar. Mucho depende de anticiparse.

Anticipar es, también, ofrecer instrucciones médicas para aplicarlas si aparecen los presagios; declarar directrices o voluntades ante la expectativa de la enfermedad terminal. Evitar la náusea y el vómito en la quimioterapia y el dolor posoperatorio; elaborar guías anticipatorias ante lo que puede venir e, incluso, el tratamiento pediátrico con la visión de las enfermedades de los adultos. Algunos incluyen en la medicina anticipatoria el examen médico en estado de salud aparente (check-up y sus equivalentes) que, si bien se ha cuestionado en cuanto a sus rendimientos sanitarios y su sobre comercialización, conceptualmente embona en una medicina anticipatoria.

La anticipación es la herramienta fundamental de la medicina preventiva y, también, una posición filosófica ante la vida. Reconoce la necesidad de no esperar, de adelantarse, de proceder ante las sospechas, antes de ver las consecuencias, de confiar suficientemente en los indicios premonitorios para aventurar una acción. Una medicina clínica anticipada representa la convicción de que la prevención no es una responsabilidad exclusiva de la salud pública ni de la atención primaria; su responsabilidad no se detiene en el paciente del presente, sino que trasciende al futuro; no se limita al individuo, pues sus machos suelen significar un riesgo para sus hijos o sus hermanos; no basta resolver los motivos de la consulta, sino trascender hacia las necesidades del paciente. La previsión es el mensajero del destino, y la anticipación su forma de modularla. 6

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http://profesores.fi-b.unam.mx/jlfl/Seminario_IEE/hipotesis.pdf

Correa-Mesa JF, Álvarez-Peña PA. Neurología de la anticipación y sus implicaciones en el deporte. Rev Fac Méd (Colombia) 2016; 64 (1): 99-109.

Wikipedia: “Los doce principios (animación)”.

filosofia.org/enc/eha/e020304.htm#:~:text=La%20anticipación%2C%20en%20las%20acepciones,las%20esperanzas%20y%20de%20las

Scrabenek P: La muerte de la medicina con rostro humano. Díaz de Santos, España, 1999.

Lifshitz A. La previsión es el mensajero del destino. Med Int Méx 1999; 15 (6): 241-242.

Recibido: 31 de agosto de 2024

Aceptado: 13 de septiembre de 2024

Correspondencia

Alberto Lifshitz Guinzberg

[email protected]

Este artículo debe citarse como: Lifshitz-Guinzberg A. Sobre la anticipación. Med Int Méx 2024; 40 (11): 725-728.

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