Revista Medicina Interna de México. De la utopía a la realidad
Med Int Méx 2025; 41 (6): 303-304. https://doi.org/10.24245/mim.v41i6.10558
En 1987 inicié el curso de especialización en medicina interna, los profesores del curso, personajes ampliamente reconocidos por la Asociación de Medicina Interna de México (AMIM): los doctores Oscar Saita Kamino y Manuel Ramiro Hernández. El Dr. Saita fue el primer editor de la revista Medicina Interna de México. En marzo de 1991 era médico adscrito en el Hospital Regional 1º de Octubre del ISSSTE, adscrito a la coordinación del Dr. Manuel Ramiro Hernández, quien poco tiempo después se haría responsable de la edición de la revista.
Un día, después de la visita médica en la sala de urgencias de la que el Dr. Ramiro era jefe, me llamó a su oficina para hacerme entrega de un legajo de hojas arrugadas y amarillentas, manuscrito de un artículo que recibió para publicarlo en la revista, me pidió que lo ordenara y lo leyera, después de leerlo regresé y me preguntó: ¿qué te pareció? Mi respuesta fue: en mi opinión, creo que no puede publicarse, tiene serios problemas en la redacción, no hay orden en los datos que reportan y tampoco anexan gráficas. Se quedó callado por unos cuantos segundos, después de lo cual me pidió con seriedad y mucha firmeza: pues necesito que me ayudes; hay que hacerle arreglos, necesito que se publique en el próximo número de la revista.
—Y ¿para cuándo lo necesita doctor?
Su respuesta fue contundente: para mañana.
La oficina del jefe de la sala de urgencias del Hospital Regional 1º de Octubre entonces se transformó, fue la sala de redacción de la revista de la AMIM, tiempo después de Temas de Medicina Interna y del libro El Internista. El Dr. Ramiro, una secretaria y quien escribe dedicábamos varias horas por las mañanas a la edición y corrección de los manuscritos que recibíamos para publicaciones futuras; éstas, en su mayor parte, tenían serios problemas en la redacción y metodología. El mobiliario, dos escritorios casi desarticulados, una computadora de pantalla monocromática, impresora de puntos, cajas de papel para imprimir y siempre una cajetilla de cigarros. Así fue como inició la nueva era de la revista Medicina Interna de México de la AMIM.
Narro lo anterior para enterar a quienes desconocen la historia de la revista de la AMIM. Editar una revista científica trae para el editor enorme prestigio y reconocimiento, pero ser editor de una revista científica que inicia, que no cuenta con periodicidad en las publicaciones, que no dispone de un sistema eficiente de distribución, que no tiene un presupuesto asignado para retribuir al equipo editorial y con escasa infraestructura, se convierte en una fuente de problemas que solo pueden enfrentarse con enorme determinación, entusiasmo, perseverancia y resiliencia a las comentarios adversos de lectores acostumbrados a consultar revistar extranjeras con gran tradición y reconocimiento editorial y con grandes recursos económicos.
Con el paso de los años Medicina Interna de México ha mejorado sustancialmente. Se publica de manera periódica, la distribución es electrónica, podemos consultar el contenido en cualquier momento, dejamos de tener el grave problema de la distribución de los impresos en papel, ahora cuenta con revisores de trabajos que, en su mayoría, son internistas destacados que siguen una moderna metrología para la evaluación de los manuscritos; sin embargo, los artículos enviados para publicación siguen siendo insuficientes. Al menos económicamente la revista es autosustentable y está indexada en algunas plataformas.
Ahora la revista enfrenta grandes retos, por ejemplo, mejorar en el impacto de las publicaciones, pues es un hecho que, en los espacios universitarios e instituciones de salud, los investigadores necesitan publicar periódicamente para lograr reconocimiento y permanecer en el entorno de la ciencia.
El objetivo fundamental de Medicina Interna de México es permitir a los internistas y otros especialistas la trasmisión del conocimiento que generan en sus estudios y experimentos.
Es responsabilidad del editor y del equipo de trabajo editorial vigilar con estricto rigor la calidad de los trabajos que reciben para futuras publicaciones, sabemos la necesidad de los investigadores de enriquecer su currículum para lograr mejores fuentes laborales o reconocimiento académico. Mantener la calidad de las publicaciones científicas hará de la revista un medio para lograr mayor factor de impacto para quienes desean trasmitir nuevos conocimientos.
Ricardo Juárez Ocaña
Especialista en Medicina Interna
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