Editorial Volumen 41, número 5, mayo 2025

Med Int Méx 2025; 41 (5): 257-259.

La Medicina, en su totalidad, es una de las ciencias receptoras de la fusión de los sistemas culturales y sus creencias. Es un proceso epistemológico incluyente entre el contacto de diferentes grupos que se adaptan paulatinamente a su evolución, códigos de conducta y elementos de comunicación que, además de dinámica, resulta coincidente con los valores generacionales.

En 2025, año en el que aún experimentamos un sentimiento de orfandad a causa de la catastrófica pandemia por COVID, la resiliencia ha dotado a la Medicina de la estabilidad suficiente para ajustarse a un nuevo entorno y coexistir entre las problemáticas hasta entonces conocidas, e innumerables sorpresas biológicas y sociopoliticas.

Cada año, mediante una serie de encuestas, opiniones expertas y, por supuesto, algoritmos (base de la arquitectura digital), se dan a conocer las noticias de salud más relevantes internacionalmente. Esta asignación suele sustentar coincidencias interesantes, cada cierto tiempo, entre las enfermedades que dominan la epidemiología del mundo, pero siempre marcan una distancia enorme en cuanto al avance y la aportación de conocimiento, cuidando el argumentario bioético.

Tal parece que el mito germánico de Sigfrido se torna en una escenificación de este pulso coprotagonizada por la biotecnología, la inteligencia artificial, los problemas añejos, y una desgarradora realidad que evidencia la urgente y radical necesidad de atención al cambio climático y la crisis humanitaria mundial.

Para comprender mejor lo dicho, revisemos las cinco noticias más importantes en salud del 2024 considerando como fuentes indirectas plataformas corporativas, certificaciones e índices de confianza:

1) El lenacapavir, medicamento inyectable en dosis única que protege por un semestre del contagio del virus de inmunodeficiencia humana. (Publicada en la revista Science.)

2) El PrecivityAD2, método de análisis sanguíneo de alta precisión para detectar biomarcadores en dos proporciones específicas: la relación entre la proteína tau 217 fosforilada y la tau 217 no fosforilada, y la proporción con la beta amiloide 42 y la beta amiloide 40, asociadas al espectro Alzheimer. (Publicada por la revista JAMA.)

3) La innovadora tecnología de ARN mensajero fue probada con éxito para combatir el COVID y se instaló para ciertos especímenes oncológicos de difícil control. La primera experiencia fue contra el cáncer de pulmón en un ensayo clínico de Fase I que se desarrolló en 34 centros de investigación. Una segunda experiencia se orientó a combatir el cáncer de mama, cuyo fracaso en la terapia hormonal resulta un grave acertijo. (Publicada por la revista Genome Medicine.)

4) La Real Academia Sueca de Ciencias otorgó el Nobel de Química a David Baker, John Jumper y Demis Hassabis por sus trabajos sobre la predicción de la estructura de las proteínas mediante inteligencia artificial, una data conocida como Alpha Fold, capaz de obtener la estructura de una proteína en minutos, propiciando la creación de vacunas, antídotos contra venenos, desnaturalización de desechos, entre muchas otras opciones. Alpha Fold Sarver, otro agrupamiento de datos, predice las formas de interacción de las biomoléculas. (Ambas herramientas son de libre acceso al público.)

5) Un equipo de oftalmólogos de la Universidad de Osaka, Japón, logró mejorar la discapacidad visual severa mediante trasplantes de córnea, utilizando células madre reprogramadas pluripotentes inducidas que provocan una enorme capacidad regenerativa, similar a la sucedida en la etapa embrionaria, lo que disminuye la necesidad de donantes fallecidos. (Publicada por la revista The Lancet.)

El mito de Sigfrido reaparece: arrebatar el tesoro para obtener la salud representa la misma inmortalidad alcanzada por el guerrero una vez que mató al dragón y se bañó con su sangre. Sin embargo, este mismo guerrero, cuya piel era dura como el tronco de un árbol y que, además, tenía la habilidad de la invisibilidad ante los humanos y los dioses, olvidó cuidar la filosa punta de su arma, la cual lo hirió mortalmente.

La alta biotecnología, las líneas de enormes datos encriptados, la cotización en bolsa de valores de los descubrimientos científicos y la alta especialización parecen ir a una velocidad vertiginosa, mientras que la Medicina del día a día sigue olvidada en las zonas marginadas al grado de convertirse en una preocupación ética más atendida por la ciudadanía a como puede, alejándose de las políticas públicas que no solo resultan ineficientes, sino también distantes del humanismo que caracteriza a la ciencia.

Dentro de la espléndida lista de éxitos de la colectividad médica, nos hace falta agregar a la punta del arma de Sigfrido, con el riesgo de autogenerar la herida mortuoria e indignante del abandono, a nuestra propia generación: la salud de los migrantes, que más allá de ser un derecho internacional que debe procurar el Estado, es una condición mínima de dignidad, vulnerada por actos xenofóbicos y odio como expresión cotidiana.

El punto de crisis no disminuye cuando algunos, los menos, logran obtener cierta nacionalidad, pues ya arrastran daños desde esa etapa nómada: desnutrición, alteraciones emocionales, violaciones físicas y enfermedades de trasmisión sexual, además de ser percibidos como ciudadanos de menor rango, baratos en el mundo laboral, desechables con facilidad; un ejército de reservistas ideales para los sistemas económicos que por muy poca inversión pueden alimentar el producto interno bruto local mientras están vivos; pero, cuando fallecen, ni siquiera poseen el derecho de una identidad ni la trascendencia de una herencia cultural.

Si bien es cierto que la biopolítica debe incrementar su compromiso, la alta especialidad debe arropar a la Medicina comunitaria para atender la realidad de todos los núcleos humanos. De las máximas virtudes que se pueden obtener de la política, y como su último fin filosófico lo establece, su obligación es proveer dignidad, seguridad y un futuro adecuado para todos los ciudadanos.

Víctor Huggo Córdova Pluma

Editor

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