El peligro de estar cuerda
Med Int Méx. 2022; 38 (3): 739-740.
Manuel Ramiro H
Rosa Montero
El peligro de estar cuerda
Planeta Seix Barral. México 2022
Rosa Montero es una gran escritora española, que forma parte de una generación de mujeres muy distinguidas que han conseguido obras muy importantes, solo voy a nombrar a una más, Almudena Grandes que acaba de fallecer, pero hay muchas más notables. España hace muchos años que, en cada generación, cuenta con mujeres escritoras brillantes. Sin duda, Rosa Montero es una de mis escritoras favoritas, soy un asiduo lector de su obra y no tengo explicación para que no haya obtenido el Premio Cervantes y haya sido rechazado su ingreso a la Real Academia de la Lengua Española. Es una escritora nacida en Madrid (1951), que estudió primero psicología y después periodismo. Ha tocado todos los géneros, en cuanto al periodismo ha trabajado muchísimos años en El País, donde sus columnas han tenido gran éxito y se han reunido en varios libros, en este espacio la entrevista ha alcanzado un sitio especialmente destacado y muchas de las conversaciones logradas se han hecho famosas, incluso su técnica es estudiada en algunas escuelas de periodismo. (Rosa Montero. El Arte de la Entrevista. 40 años de preguntas y respuestas. Debate, Madrid 2019). Quizá el espacio en que más destacadamente se ha desarrollado es el de la ficción, tiene muchas obras, todas muy importantes, imaginativas, bien escritas. A mí la que más me gusta es La loca de casa, que es de su periodo intermedio, pero todas son muy buenas o excelentes, me gustan menos sus obras que tienen aspectos futuristas o de ciencia ficción (Rosa Montero. Lágrimas en la lluvia. El futuro en tus manos. Seix Barral. Barcelona 2011), no porque estén mal escritas o no sean profundamente imaginativas, quizá sea porque me da miedo que acierte en sus predicciones. Sus estudios, relatos históricos son también muy buenos (Rosa Montero. Historias de mujeres. Alfaguara. Madrid 1995).
El libro que ahora les comento se encuentra a caballo entre la ficción y la revisión histórica exhaustiva. Me hizo recordar un libro publicado por Palabras y Plumas en 2015. (Moisés Rozanes T. La salud mental de quienes se dedican a curar. Palabras y Plumas. México 2015), en él en una serie de relatos nos acercan a las consecuencias que el ejercicio de la medicina tiene para los médicos y los daños que se pueden ocasionar a los pacientes por alteraciones en los pacientes. ¿Por qué? porque en El peligro de estar cuerda, Rosa Montero nos acerca a alteraciones mentales de los escritores. El libro toca inicialmente, aunque luego va y viene, las alteraciones que la propia Rosa Montero ha tenido, ¡ha estado en tratamiento psicoanalítico por muchos años!, nos comenta que en su adolescencia y juventud tuvo, lo que después supo que eran, ataques de pánico, padecimiento que la hizo sufrir mucho y para el que no recibió tratamiento; cuando publicó su primer libro se retiraron para no volver, se confiesa adicta al estrés, cuando menos el relacionado con la creación y la escritura, analiza la enorme tendencia a las adicciones entre los escritores, estudia muchos de ellos, su enorme capacidad para escribir y para ingerir alcohol; me llamó mucho la atención el relato que hace de uno de ellos que asistió borracho a recibir el Premio Nobel y causó un escándalo; muchos son los escritores adictos al alcohol y otras sustancias. Me quedo con la tentación de pensar que Rosa Montero sugiere que alguno de ellos pudiera no haber alcanzado el éxito sin la compañía de las adicciones. Desde luego, trata la depresión y el suicidio alrededor de los creadores de literatura y nos comenta algunos casos muy conocidos, como el de Juan Rulfo que después de sus dos grandes obras (más un cuento) no pudo escribir nada más, su familia ha buscado y rebuscado nuevos escritos sin encontrarlos, pero sí descubrió otra gran faceta del autor de Pedro Páramo, la de fotógrafo con una copiosa y valiosa producción que han ido publicando. Desde luego, nos describe y comenta los suicidios de Stefan Zweig y Virginia Woolf, con descripciones y comentarios muy importantes, pero nos acerca a algunos otros menos conocidos, como el de Salgari, el escritor de aventuras que todos (o casi todos) hemos disfrutado alguna vez; una mala y abusiva relación con sus editores lo mantenía en la ruina económica a pesar de su enorme y maravillosa producción; muere su esposa y él, dejando en la orfandad y la miseria a cuatro hijos, se suicida, pero, además, lo hace en una forma ruinosa, lo intenta hacer practicándose el harakiri, pero sin la presencia de un cooperante que culmine la muerte; además, con un arma inadecuada, lo que hace que su agonía se prolongue y sea fatal.
Menciona que muchos de los escritores tienen una capacidad de abstracción especial que a veces no pueden gobernar, lo que los vuelve antisociales o raros, le llama satori. También comenta la muy frecuente inseguridad personal y casi vergüenza de sí mismo, como una autocrítica exacerbada que solo es solucionada con la publicación y éxito de una obra, situación que puede ser motivante, pero otras lo son paralizadoras.
Nos relata de muchos escritores que sufren del síndrome de Diógenes, uno de ellos, atestiguado por ella misma, recibió el Premio Nobel 10 años después de haber sido entrevistada por la Montero.
En varios momentos durante el libro nos relata sobre un acontecimiento propio, que no sabemos si es ficción o no, sobre una mujer que en diversas situaciones se hace pasar por ella, algunas situaciones molestas ocurren: promesas de presentación, asistencia a cursos y presentaciones de libros, etc.; algunas veces la angustian, otras la enojan, otras la confunden. Al final le escribe, antes de morir, desde un psiquiátrico, una carta que la sorprende y ¡ella establece una relación con el mensajero!
Se trata de un libro muy bien escrito, muy documentado, creo que además imaginativo, que es muy atractivo para los interesados en la salud y en la literatura. Además, aunque no crean, es fácil de leer.
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