El rincón del internista
Greco Hernández Ramírez
La noche interminable. Tlatelolco 2/10/68
Siglo XXI. México 2018
Muchos libros han estado apareciendo alrededor del quincuagésimo aniversario del movimiento estudiantil de 1968 y especialmente del 2 de octubre, fecha en la que sucedió la matanza de Tlatelolco, clímax de la represión con la que el gobierno de entonces respondió a las peticiones y protestas planteadas por los estudiantes en un movimiento del que al cabo de tantos años no acabamos de conocer todo, ni de tener suficientes explicaciones, a no ser, en lo que todos estamos de acuerdo, que la represión gubernamental fuera tan brutal como absurda.
Greco Hernández es un biólogo investigador que estudió en México y en otras universidades y ahora es investigador en el INCAN, es profesor de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Este libro es espléndidamente prologado por Jaime Labastida, quien al parecer fue además el promotor de su publicación. El autor ha escrito múltiples artículos y algunos libros, todos enfocados a su labor científica, éste es el primero de este tipo.
Es un libro muy interesante por varias razones. Es un libro coral, lo escribe y coordina él, pero con testimonio o escritos de varios de sus hermanos. Cuando menos siete de ellos tienen un capítulo. A través del libro nos enteramos del enorme nivel de participación en el movimiento estudiantil de una familia y del entorno que le rodeaba, que además eran vecinos de una colonia muy cercana a Tlatelolco, por lo que mencionan que sus padres estuvieron involucrados y ayudaron de diversas maneras no solamente a sus hijos, sino también a otros grupos de estudiantes; la madre, sobre todo, estuvo muy involucrada hasta que su hijo mayor Cutberto es hecho prisionero el 2 de octubre, tanto el propio Cutberto como sus hermanos nos relatan el calvario de la búsqueda después de la matanza en Tlatelolco, su localización y los intentos para liberarlo de la cárcel. A través de todos los testimonios nos vamos enterando que, unos más jóvenes que otros, pero muchos tenían una clara visión del movimiento y eran fervientes seguidores. Es una obra testimonial que se centra especialmente en el desarrollo de lo que varios de ellos llaman la noche interminable, particularmente por el miedo que generó, sobre todo que todos vivían a tres cuadras del conjunto habitacional.
El libro tiene, además, otra gran virtud: nos muestra la vida de un barrio del entonces Distrito Federal, social y económicamente marginal, el barrio de Tepito, cada uno de los hermanos nos hace una pintura de la colonia, de su casa y sus impresiones acerca de la vida en su entorno. Yo destacaría cómo se retrata el esfuerzo de un matrimonio con escasa formación escolar, el padre era analfabeto y la madre sólo completó la educación primaria, que consigue sacar adelante a una familia numerosa, son nueve hijos en un rango de edad muy amplio y logran, con su trabajo de vendedores de artículos usados en los mercados de la zona, que todos sus hijos obtengan una educación que les permite vivir adecuadamente. No se detalla la actividad de cada uno, pero hay un investigador nacional (Greco) y un profesor universitario (Cutberto), pero la forma en que los demás escriben o se expresan revela su grado de desarrollo. Varias de las hermanas relatan cómo la vida en Tepito se complicó aun más cuando la mercancía importada, la fayuca, empezó a comercializarse en la zona.
Un pequeño libro que no tiene desperdicio.
Manuel Ramiro H
Sergio Aguayo
El 68. Los estudiantes, el presidente y la CIA
Ediciones Proceso. México 2018
Sergio Aguayo es un distinguido politólogo, muy conocido no sólo por sus publicaciones sino además por su participación en la vida pública a través de los medios de comunicación, su presencia en diversos programas de la televisión pública y privada lo han distinguido como un defensor de los Derechos Humanos, con posiciones en mi opinión a veces extremas, pero siempre seguramente meditadas y fundamentadas. Es profesor del Colegio de México desde 1977, donde había obtenido la licenciatura en Relaciones Internacionales, después realizó estudios de maestría y doctorado en Johns Hopkins. Su actividad académica es sumamente distinguida y dirige varios seminarios, el más reciente acerca de seguridad y paz. En 1968 era estudiante y participó en el Movimiento, estudiaba entonces en la Universidad de Guadalajara y durante los acontecimientos estaba casualmente en la Ciudad de México, algunos comentarios de corredor mencionan que su presencia no era casual, sino que había sido enviado por la Universidad de Guadalajara.
El libro impecablemente realizado, con bibliografía amplia que sustenta casi todo lo dicho de manera sólida y amplia. Al final, se reduce a hablar de la represión gubernamental y no propiamente de los orígenes del movimiento. Aguayo atribuye al gobierno americano mucho de lo sucedido a través de la influencia que un personaje sui generis, Winston Scott, que en 1968 era empleado de la CIA en México y un personaje siniestro e influyente con Díaz Ordaz y Gutiérrez Barrios, fue cesado en 1969, pero permaneció en nuestro país hasta su muerte, dice Aguayo que haciendo negocios con expresidentes y presidentes. El caso es que el fondo del origen del Movimiento no aparece, aunque sí la represión brutal que ocasionó y con la que fue abatido, se atribuye a los estadounidenses y especialmente a la CIA, es parte de la época, todo se achacaba a estos dos, pero falta por analizar la no participación de otros actores que hubieran podido nivelar la balanza.
Manuel Ramiro H
Joel Ortega Juárez
Adiós al 68
Grijalbo. México 2018
Joel Ortega era en 1968 estudiante en la Facultad de Economía de UNAM, no fue miembro del Comité General de Huelga, porque durante su instalación él estaba fuera del país en una reunión del Partido Comunista en algún país de Europa del Este; sin embargo, fue un destacado participante del Movimiento de principio a fin e, incluso, lo siguió siendo muchos años después, después de un exilio breve, también en Europa del Este, volvió a México y fue de los organizadores-participantes del halconazo de 1971, sobreviviente un poco casual de todas las batallas porque muchas veces estuvo al frente de ellas y en las listas de los que necesariamente tendrían que haber sido eliminados, pero se mantuvo siempre fiel a sus banderas. Ahora es profesor de la Facultad de Economía y de la Escuela de Periodismo Carlos Septién, además de un participante y opinador en muchos frentes políticos. Con este libro parece cerrar un ciclo en el que analiza además de las luchas, los logros, los fracasos y varias veces las casualidades que permitieron la supervivencia personal, de otros compañeros y muchas veces del espíritu de la lucha. El libro es un testimonio muy valioso de un participante que ha vivido largamente el movimiento sin vivir de él.
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