Exámenes a libro abierto

Open book exams.

Med Int Méx 2023; 39 (5): 723-725. https://doi.org/10.24245/mim.v39i5.9215

Alberto Lifshitz

¿Para qué estudian casi todos los estudiantes? ¿Para aprender? No. Estudian para pasar exámenes.

Y una vez que los han pasado hacen lo posible por olvidar lo antes posible lo que han aprendido.

Al fin y al cabo, estudian por obligación, no por vocación.

¿Y a quién le interesa recordar información ajena a sus intereses

y que no ha requerido más esfuerzo que el de memorizar, acaso sin entender, y seguramente sin profundizar?

Mario Bunge

La ciencia se puede aprender de memoria, pero la sabiduría no.

Laurence Sterne

La tradición educativa tiende a satanizar la posibilidad de que los estudiantes consulten cualquier fuente de información durante los exámenes y sancionan a quienes sorprenden haciéndolo o aun intentándolo. Está totalmente prohibido ingresar al sitio del examen con libros, computadoras (tabletas o de cualquier otro tipo), teléfonos celulares, cuadernos de apuntes, grabadoras, etcétera. Algunos estudiantes se las han arreglado históricamente para introducir de modo furtivo pequeños escritos con información concreta, a los que llaman “acordeones”, que también están totalmente penados (aunque se reconoce que su elaboración ayuda al aprendizaje). Y es que la evaluación se ha orientado, más que a propiciar el aprendizaje (en el mejor de los casos comprobar lo que se ha aprendido), a sancionar a quienes tienen mala memoria.

Si se intenta describir la estructuración del proceder clínico contemporáneo –precisamente para lo que se están preparando los estudiantes de medicina– puede decirse que consiste en recoger información a partir del paciente o sus informantes, contrastarlo con el marco de referencia que tiene la profesión, elegir la terapéutica pertinente e instruir al enfermo sobre cómo conducirse. Pero tal marco de referencia, contra el que se compara lo que el paciente tiene, no siempre se encuentra en la mente del profesional, sino que tiene que consultar las fuentes de información a su alcance; lo mismo puede ocurrir para seleccionar el tratamiento pertinente, y cuál es la mejor alternativa (diagnóstica y terapéutica) para el caso de hoy. Esta conducta procede del reconocimiento de que la memoria humana es limitada y que la consulta de textos puede suplir estas limitaciones, y más aún con el acceso casi ilimitado que hoy se tiene a bases de datos electrónicas, puede obtenerse la información necesaria. Es mucho más honesto consultar que confiar en una débil memoria. Si así proceden los clínicos profesionales, los estudiantes tendrían que aprender cómo hacerlo, y no calificarlo a priori como prohibido o inconveniente según las reglas comunes en los exámenes. Desde luego, hay que saber dónde y cómo consultar y esta habilidad puede ser más importante que la de recordar, de modo que los esfuerzos educativos habrían de dirigirse más bien hacia ella.

El propósito de la educación es el aprendizaje, no la sanción por no recordar. Aun la evaluación tiene un propósito fundamentalmente educativo. Por eso es importante la retroinformación inmediata para que lo que se falló en el examen rápidamente se corrija; lo que los alumnos no habían aprendido y no pudieron contestar bien en el examen, que lo aprendan con el análisis del examen en el ejercicio de realimentación, que además también es un control de calidad del propio examen y una oportunidad para emitir de inmediato una calificación sin tener que destinar un tiempo adicional a ello y hacer esperar angustiosamente a los sustentantes por su resultado. Teniendo en mente la prioridad del aprendizaje, y la forma de proceder de los profesionales en la medicina clínica, se reconoce como una justificación plena permitir que los examinandos consulten las fuentes de información pertinentes para resolver los cuestionamientos que se les plantean. Se argumenta que ello no es aprendizaje, sino que es algo que lo sustituye, pues quien contesta el examen es el libro y no el sustentante, pero no es válida esta afirmación dado que éste tiene que comprender el enunciado, saber dónde y cómo buscar la respuesta (lo cual es un aprendizaje aún más conveniente que responder lo que tienen en mente), juzgar su validez y proponerla, reproduciendo la manera en que los clínicos actúan y ensayando cómo ellos mismos tendrán que actuar en el futuro.

Ésta es una estrategia que se llama “examen a libro abierto” que, por supuesto, contradice todas las prohibiciones en los exámenes tradicionales, pero ya ha mostrado su eficacia no solo educativa sino también evaluativaa. Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19 fue necesario probar nuevas estrategias para la evaluación del aprendizaje, entre ellas que los sustentantes contestaran los exámenes en su domicilio sin restricciones para que consultaran fuentes de información, incluyendo la asesoría de expertosb. En algunos estudios controlados se ha mostrado que el rendimiento en exámenes a libro abierto y a libro cerrado es aproximadamente el mismo, que los exámenes a libro abierto no son necesariamente más fáciles, que con éstos se reduce la ansiedad de los estudiantes y que aprenden a comportarse como lo harán cuando egresenc. Reafirma la idea de que el memorístico no es el mejor aprendizaje. Esta propuesta que atenta contra los argumentos básicos de la planeación y organización de los exámenes es, ciertamente, iconoclasta, pero representa una visión moderna de la manera de acercarse al conocimiento, de aprovechar los recursos tecnológicos contemporáneos, de respetar a los estudiantes y de que la evaluación se acerque a una práctica análoga. Obviamente tiene muchos detractores porque contradice no solo la usanza de siglos, sino los argumentos que han dado sustento a la pretensión de desafiar a los aprendices, pero se invita a los lectores a reflexionarlo sin los prejuicios y telarañas mentales ancestrales.

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a Eilersten TV, Valdermo O. Open book assessment: A contribution to improved learning. Studies in Educational Evaluation 2000; 26 (2): 9-103.

b Zagury-Orly L, Durning SJ. Assessing open book examination in medical education: The time is now. Medical Teacher 2021; 43 (8).

c Brightwell R, Daniel JH, Stewart A. Evaluation: Is an open book examination easier? Bioscience Education 2004; 3 (1).

Recibido: septiembre 2023

Aceptado: septiembre 2023

Correspondencia

Alberto Lifshitz

[email protected]

Este artículo debe citarse como: Lifshitz A. Exámenes a libro abierto. Med Int Méx 2023; 39 (5): 723-725.

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