Saber y magia. Reflexiones contemporáneas sobre el arte de la medicina
Med Int Méx. 2022; 38 (2): 483.
Manuel Ramiro H
Alberto Lifshitz
Saber y magia. Reflexiones contemporáneas sobre el arte de la medicina
Palabras y Plumas. México 2022
Un nuevo libro de Alberto Lifshitz, que ha aprovechado a plenitud el remanso al que la pandemia por COVID-19 nos ha obligado a todos a enfrentar; este libro es el cuarto que escribe en este lapso, todos son extraordinarios, pero quizá éste, sobre el arte de la medicina, es el mejor. Trata sobre el arte de la medicina; el aspecto tan mencionado y tan poco estudiado. Lo enfoca como una herramienta que el médico tiene para acercarse al enfermo, comprenderlo mejor y por tanto ayudarlo mejor. Se trata, según él, de una mezcla entre la calidad técnica, el conocimiento científico, la calidad humana y lo que llama la magia. Se trata de una herramienta que permite escuchar al paciente, atender sus inquietudes y necesidades, comprender cuáles son sus deseos, explicarle adecuadamente consideraciones sobre su padecimiento y encontrar en conjunto la mejor solución para el caso en particular. Hay muchas otras situaciones en que los aspectos técnicos, el conocimiento y las consideraciones artísticas o mágicas se reúnen; menciona el caso de la exploración física. El arte de la medicina es un recurso que puede permitir obtener mejores resultados al entender adecuadamente al paciente y su circunstancia, desencadenándose confianza y empatía entre ambas partes, lo que fortalece la relación médico-paciente y permite aspirar a obtener mejores resultados para el enfermo. Trata de la dificultad para comprender el fenómeno y por ello conocer las posibilidades que tiene para atender adecuadamente a nuestros pacientes. Nos habla de las dificultades para enseñar y aprender estas herramientas, hasta ahora los que creemos haberlas aprendido lo hemos hecho observando a los que han sido nuestros mentores o nuestros role model, y hemos intentado transmitirlo con nuestro actuar, pero sin que hayamos podido sistematizar la educación al respecto. Ojalá encontremos la manera de hacerlo más objetivamente, aunque siendo una situación tan subjetiva es difícil de conseguir. En el libro Lifshitz comenta cómo algunas disciplinas, formalmente reconocidas como artísticas, pueden ayudar en el manejo del paciente; tal es el caso de la música, la literatura y la pintura y no cabe duda que la arquitectura puede ponerse al servicio de los pacientes cuando se ejecuta adecuadamente.
En una presentación mencionaba que este libro, lo mismo que varios que al respecto de la clínica ha escrito Alberto, es resultado de su ejercicio profesional, siempre formal, cuidadosa, pero también reflexiva y empeñada en transmitir a sus alumnos y quizá compañeros. El Dr. José Halabe, alumno del autor como el mismo se describe en una presentación del libro, comentó que se trata de una autobiografía y no solo profesional, sino también ética y conductual, me parece muy acertada la consideración.
Creo que es un libro muy importante que sería de gran utilidad, lo mismo que algún otro, como El paciente. Una visión desde la medicina clínica, para los alumnos tanto del pregrado como del posgrado. Estoy seguro de que a los alumnos de la licenciatura les sería de gran utilidad su lectura en tanto cursan las materias básicas, les permitiría entender, observar y quizá comprender para qué sirven todos los conocimientos que se van obteniendo y persiguiendo y cómo se requieren los conocimientos humanísticos y artísticos para ser realmente útiles. No cabe duda de que a los alumnos de los cursos de especialidades médicas les enriquecería enormemente su lectura.
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