Úlcera cutánea de larga evolución en un paciente con VIH

Long-term skin ulcer in a patient with HIV.

Med Int Méx 2022; 38 (1): 203-206. https://doi.org/10.24245/mim.v38i1.4096

Noel Roig-Marín,1 Pablo Roig-Rico,1,2 María José Mayol-Belda,1,3 José Miguel Seguí-Ripoll1,2

1 Universidad Miguel Hernández de Elche, Campus de San Juan, Alicante, España.

2 Servicio de Medicina Interna, Departamento de Medicina Clínica, Universidad Miguel Hernández de Elche.

3 Servicio de Anatomía Patológica.

Hospital Universitario de San Juan de Alicante, Alicante, España.

Resumen

ANTECEDENTES: La leishmaniasis tiene amplia distribución en todo el mundo. Se estima una prevalencia general global de 12 millones de afectados. Existen diversas áreas endémicas, como la cuenca mediterránea, concretamente España. Se trata de una infección oportunista que es más frecuente en personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). La leishmaniasis visceral tiene mayor incidencia que la leishmaniasis cutánea en los pacientes VIH; la cutánea es una forma infrecuente.

CASO CLÍNICO: Paciente masculino de 32 años de edad, exadicto a drogas por vía parenteral, diagnosticado por infección por VIH y hepatopatía crónica por virus de la hepatitis C. Ingresó por padecer una lesión exofítica, ulcerada exudativa en la cara anteroexterna del miembro inferior izquierdo, de siete meses de evolución. En la exploración física destacó únicamente hepatoesplenomegalia. La biopsia de la lesión cutánea evidenció infiltrado inflamatorio en la dermis con histiocitos con abundantes leishmanias en el citoplasma. La punción de médula ósea fue negativa para Leishmania. El paciente recibió tratamiento con antimionato de meglumina intramuscular (Glucantime) a dosis habituales durante cinco semanas. Con ello, se consiguió una evolución favorable; sin detectar el patógeno en una biopsia posterior.

CONCLUSIONES: En un área endémica de Leishmania, como España, ante un paciente con VIH que padece una lesión papulonodular en una zona expuesta, de larga evolución y que puede ulcerarse, debemos sospechar leishmaniasis. Por ello, debe realizarse una biopsia diagnóstica para su confirmación.

PALABRAS CLAVE: Leishmaniasis cutánea; VIH; úlcera cutánea.

Abstract

BACKGROUND: Leishmaniasis is found with a wide distribution around the world. An overall global prevalence of 12 million people affected is estimated. There are various endemic areas, such as the Mediterranean countries, specifically Spain. It is an opportunistic infection that is more common in people with the human immunodeficiency virus (HIV). Visceral leishmaniasis has a higher incidence than cutaneous leishmaniasis in HIV patients. Cutaneous leishmaniasis is an infrequent form.

CLINICAL CASE: A 32-year-old male, formerly addicted to intravenous drugs, diagnosed with HIV infection and chronic liver disease caused by the hepatitis C virus. He was hospitalized because of an exophytic lesion, exudative ulceration in the antero-lateral face of the left lower limb, seven months in evolution. After being physical examined, the patient was only found with hepatosplenomegaly. A biopsy of the skin lesion showed inflammatory infiltrate in the dermis with histiocytes and abundant leishmania in the cytoplasm. Bone marrow puncture was negative for Leishmania. The patient was treated with intramuscular meglumine antimoniate (Glucantime) at usual doses for five weeks. The patient responded well to treatment; no pathogens were detected in subsequent biopsies.

CONCLUSIONS: In such a country as Spain where Leishmania is endemic, the presence of an HIV patient with a long-lasting papulonodular lesion in exposed skin, which can ulcerate, should make us suspect leishmaniasis. Therefore, a diagnostic biopsy should be performed for confirmation.

KEYWORDS: Cutaneous leishmaniasis; HIV; Skin ulcer.

Recibido: 24 de marzo 2020

Aceptado: 2 de junio 2020

Correspondencia

Noel Roig Marín

[email protected]

Este artículo debe citarse como: Roig-Marín N, Roig-Rico P, Mayol-Belda MJ, Seguí-Ripoll JM. Úlcera cutánea de larga evolución en un paciente con VIH. Med Int Méx 2022; 38 (1): 203-206.

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