Editorial

Med Int Méx. 2017;33(Supl 1):S1-S2.

Manuel Ramiro H

Editor de Medicina Interna de México

Con este número iniciamos una serie de suplementos con los que intentamos acercar a los lectores de Medicina Interna de México, especialmente a los internistas, el conocimiento actualizado de padecimientos de alta prevalencia y que son del campo de acción del internista. Los temas serán tratados a profundidad y con una extensión que permita una lectura relativamente fácil. Esperamos que resulten útiles como vehículo de actualización para facilitar la difícil tarea cotidiana de atender y tratar integralmente a los pacientes.

Abrimos la serie tratando el tema de Síndrome de intestino irritable, padecimiento complejo, muy frecuente y de difícil diagnóstico, lo que hace que en ocasiones sea subdiagnosticado y en otras sobrediagnosticado; que tiende a la cronicidad, con frecuencia disminuye la calidad de vida y también tiene difícil tratamiento.

Hemos conseguido reunir a un grupo de expertos interesados en el tema, que se han dedicado a estudiarlo, investigarlo y a tratar a enfermos que sufren el síndrome. Los autores hacen una revisión extensa acerca del conocimiento actual y las líneas de investigación que se desarrollan y pueden llegar a desarrollarse en todas las áreas del padecimiento.

Se analiza la frecuencia y la epidemiología del síndrome que son muy complejas e interesantes. El grupo de expertos reunido destaca el efecto que el padecimiento puede tener en la calidad de vida de los pacientes, lo que hace que sea sumamente importante diagnosticar de manera adecuada a los enfermos.

La fisiopatología se trata en toda su complejidad, trata la participación de los diversos factores, como la microbiota, la inflamación, la motilidad e hipersensibilidad visceral, factores psicológicos y psicosociales, la dieta, así como factores genéticos. También se revisan en esos aspectos y en otros los pendientes que tiene el conocimiento en esta área, lo que se reflejará en la facilidad en el diagnóstico y en mejores resultados en el tratamiento.

El diagnóstico siempre ha sido complicado, las posibilidades de precisión se han incrementado con el establecimiento de criterios clínicos, especialmente los Criterios de Roma, que ya están en su versión IV, por lo que ahora son más precisos y generan lo que los autores llaman el diagnóstico basado en síntomas. Sin embargo, destacan que estos síntomas deben considerarse con cuidado en pacientes con factores de riesgo de otros padecimientos porque pueden manifestarse en pacientes con otras enfermedades que incluso pueden resultar más graves.

Los aspectos terapéuticos se analizan a profundidad. Se revisan cuidadosamente las medidas farmacológicas y las no farmacológicas y de cada una se hace una revisión precisa que permite conocer cuáles resultan útiles y cuáles no han mostrado resultados que hagan recomendable su prescripción; destaca que la buena relación médico-paciente acarrea muy buenos resultados.

Esperamos que este esfuerzo satisfaga las aspiraciones que nos hemos planteado y sea útil a los lectores.

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