El rincón del internista

Med Int Méx. 2018 marzo;34(2):354-356.

J Enrique Cruz A

José Saramago

El viaje del elefante

Caminho. Madrid 2008

Leer a Saramago siempre es un privilegio y resulta ampliamente placentero, esta obra, la penúltima del autor en formato libro, cumple diez años que vio la luz, por cierto, en circunstancias complicadas ya que el autor se encontraba gravemente enfermo y afortunadamente salió adelante. La historia surge a partir de hechos históricos, a pesar de que el mismo autor mencionó que no se trata de una novela histórica sino de un cuento; sin embargo, la riqueza de la obra no radica en este punto. El arranque de la obra es simple, narra un viaje, el viaje de un elefante que en el siglo XVI fue conducido desde Lisboa hasta Viena y sí, el elefante llegó a su destino.

El desarrollo de la obra se genera en la riqueza del camino, las peripecias que pasan para llegar a donde lo esperan, como es la vida misma, muchas de las vivencias y aprendizajes valiosos que tenemos los encontramos en el camino hacia el fin que nos hemos trazado o bien que las circunstancias nos han llevado.

Escrito magistralmente, lleno, como todas las obras del autor, de ironía, sarcasmo y humor, asimismo, puntuado con las propias reglas del autor, que de acuerdo con lo que él mismo afirmaba es “para que el lector lo acomode acorde con el ritmo de su propia respiración”.

Un libro ampliamente recomendable, disfrutable y reflexivo, que a diez años de su publicación me permito recordar y sugerir su lectura de nueva cuenta.

Manuel Ramiro H.

Salvador Zubirán

Libro de procedimientos para el Hospital de Enfermedades de la Nutrición

Miguel Ángel Porrúa. México 2016. Edición facsimilar del original 1947

Este libro rescata la edición original de lo que ahora se llama un Manual de procedimientos. Varios puntos destacan en este libro, su falta casi absoluta de una visión burocrática, el que en ese momento ya se tenía claro un gran proyecto en el que se destacan además de la asistencia, la enseñanza y la investigación. El libro estuvo, originalmente, al cuidado de José Báez Villaseñor y podemos ver una versión mecanográfica, que no contiene erratas de ningún tipo, lo que en ese tipo de manuscritos y en esa época era sumamente complicado conseguir. En la breve introducción, el Dr. Zubirán consigue no sólo dar importancia al libro de procedimientos, sino que retrospectivamente relata la génesis de un complejísimo proyecto que constituía el entonces naciente Hospital de la Nutrición y que ha cristalizado en el ahora Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. El libro facsimilar está editado como parte de los festejos de conmemoración del 70 aniversario.

El libro contiene varios aspectos importantes; desde el punto de vista histórico llama la atención la escasez de los métodos de diagnóstico con los que contaban y la brevedad de los recursos terapéuticos y me parece que quizá lo más destacado es la visión científica y académica con la que está orientado, llama la atención la brevedad con que se tratan los métodos burocráticos del funcionamiento.

Llama también la atención que el libro empieza con capítulos dirigidos a los médicos internos y los médicos residentes, destacando, además de sus obligaciones asistenciales, los métodos escogidos para su selección; los compromisos de enseñanza que tienen con sus compañeros y con ellos mismos y las obligaciones que tienen con la publicación primero en su revista, pero también en otras de los estudios en que participen.

El libro me lo regaló mi amigo David Kershenobich, pero puede consultarse en diversas bibliotecas y adquirirse en la librería de Miguel Ángel Porrúa, vale la pena ojearlo y hojearlo para percatarse de los orígenes de un proyecto exitosísimo de un hombre visionario.

Manuel Ramiro H

Kazuo Ishiguro

Un artista del mundo flotante

Anagrama. Barcelona 2017

A Kazuo Ishiguro se le otorgó el Premio Nobel 2017. Él nació en Japón pero siendo muy pequeño (de cinco años) se trasladó a Inglaterra con sus padres y fue educado en la más rancia tradición británica, se ha desarrollado en un amplio rango de la creación artística; empezó siendo compositor de música popular, tiene varios ensayos, relatos cortos, guiones especialmente escritos para el cine, adaptaciones de obras para guiones cinematográficos y hasta ahora siete novelas. Algunas de ellas han sido adaptadas para el cine y han tenido gran éxito.

La que ahora les comento y recomiendo es apenas su segunda novela publicada en 1989. La primera fue Pálida luz de las colinas, que había aparecido en 1982. La siguiente, Lo que queda del día (1989), obtuvo el Premio Booker ese año, fue llevada al cine y fue, quizá, el principio de su carrera triunfal.

Sus dos primeras obras se desarrollan en un ambiente japonés, quizá en el más puro sentimiento Nisei, lo que no se repite en ninguna de las siguientes, que están todas ambientadas en el más puro ambiente británico.

Un artista del mundo flotante está escrito en contrapunto, todo en el ambiente de una ciudad japonesa poco después de la derrota en la segunda Guerra Mundial, nos relata, por un lado, las sensaciones de un pintor exitoso, famoso e influyente hasta el inicio de la contienda, sus sensaciones, sus culpas, sus frustraciones y, por otro, nos narra la fuerza creciente de un Japón joven a través de la familia del pintor, el relato de las situaciones en que participan sus hijas, sus yernos y su nieto que, sin embargo, se encuentran atadas al pasado a través de tradiciones milenarias. La novela transcurre en un ritmo lento y a veces oscuro que resalta las situaciones que se atravesaban en Japón a fines del decenio de 1940.

El mundo flotante fue una corriente artística prevalente en Japón por largo tiempo desde el siglo XVII hasta la mitad del siglo XX, una técnica de grabado en madera que retrata un mundo fantástico de belleza y placer, con luces y colores en una atmósfera imaginaria. Ishiguro juega con el concepto, alguna vez se refiere a él como tal en el registro artístico, pero en otras ocasiones lo reserva para un mundo nocturno, mágico, nostálgico, embriagador, en que algunos artistas se refugian para purgar sus responsabilidades como colaboracionistas con el régimen imperial que condujo a la guerra y a la derrota. Flota algo intangible de cómo algunas obras de arte, pictóricas, musicales fueron o pudieron ser clasificadas como tales. Lo cierto es que el mundo flotante, largo tiempo apreciado e incluso comparado en ocasiones con el impresionismo, decayó con la catástrofe japonesa en la guerra.

Un gran libro; los que no hemos leído a Ishiguro creo que deberíamos hacerlo en orden para apreciarlo plenamente.

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