Historias conversadas

Med Int Méx. 2020 marzo-abril;36(2):275-276.

Manuel Ramiro H

Héctor Aguilar Camín

Historias conversadas

Penguin Random House. México 2019

El libro más reciente de Aguilar Camín es una nueva grata sorpresa que nos lo vuelve a mostrar como un gran escritor dominador de una amplia gama de géneros. Es un periodista consumado que ha ejercido el periodismo con gran éxito desde reportero, columnista a director de diferentes medios; actualmente es director general de la prestigiada revista Nexos, la que continúa siendo un destacado ejemplo en su tipo. Un tiempo ejerció en un programa de televisión en el que ejercía como entrevistador y promotor del diálogo, hasta conseguir tertulias sumamente interesantes, el programa se prolongó durante largo tiempo; ahora se desempeña como comentarista en diversos medios y su opinión es, en general, ampliamente respetada y considerada. En ocasiones ha sido criticado por su cercanía al poder, pero esto no es exclusivo de él, todos los intelectuales lo han sido, a los gobernantes les gusta sentirse cobijados por los intelectuales y a los intelectuales les gusta sentirse halagados, son defectos o virtudes humanas.

Como es historiador además de periodista, inició su carrera como escritor con obras de este tipo, especialmente dedicadas a la Revolución Mexicana: La frontera nómada. Sonora y la Revolución Mexicana (1977) fue la primera de ellas y ha continuado trabajando sobre ese espacio. Tiene varios libros de ensayo, el primero de ellos es Saldos de la Revolución (1982); es autor o coautor de varios más, el último publicado en 2017 y coordinado por él es ¿Y ahora qué? México ante 2018, es verdaderamente una obra sensata y sólida (2017), que todavía no sabemos qué tan profética resultará.

En la ficción se inicia Aguilar Camín con una obra poderosa: Morir en el Golfo (1985); en ella, como en toda obra de su tipo, desgrana los personajes, los analiza, nos incita a tratar de identificarlos, aunque nunca estamos plenamente seguros, aterriza un fenómeno social y político de la época de manera magistral. Poco después publica La guerra de Galio (1990), que es una obra amplia que trata muchos fenómenos de toda una época, pero que nos descubre, desde la ficción, el fenómeno de la guerrilla del decenio de 1970; es una obra compleja, pero también magistral. Ha seguido publicando en todos los géneros de manera no solo numerosa, sino destacada.

Ahora nos presenta Historias conversadas, la editorial y su propaganda, creo que con el beneplácito del autor, la presentan como una serie de relatos continuación de Adiós a los padres (2015), una obra autobiográfica muy interesante y valiente. Pero creo que no es así. Primero todas las obras de un autor tienen aspectos autobiográficos, pero me parece que, aunque aparece con frecuencia, no son solo experiencias propias y aunque algunos son relatos, otras no lo son y están generadas evidentemente por la ficción, si no desarrolladas desde la misma, como es el caso de la que hace en torno a Revueltas, personaje que aunque el autor haya conocido, no tratado como para hacer el escrito (El camarada Vadillo) evidentemente es fruto de la ficción y la investigación. Para los que somos contemporáneos de Aguilar Camín Historias conversadas tiene otro encanto, que se desarrolla en una época que conocimos, que vivimos, como la que se vive en el capítulo que nos relata, desde la ¿ficción?, la pérdida pública de la castidad de los jesuitas dirigentes de la Ibero. O en la que nos narra una historia de Lobo y Melón, un grupo musical famosísimo en ese momento. O más aún como nos presenta a un General Fox, quien es el que acribilla al General Serrano en Huitzilac (el General Aguirre de Martín Luis Guzmán) y a quien se lo ordenan de manera absolutamente casual, pasando después al ostracismo en todos los bandos revolucionarios, este cuento debería volverse lectura obligada después de leer la Sombra del Caudillo. Creo que los escritos de Historias conversadas no son solo relatos, hay cuentos y quizá alguno sea una novelette, género que se encuentra, según Cortázar, “a caballo entre el cuento y la novela”.

Me parece que Historias conversadas debe ser leído, primero porque es muy fácil y divertido hacerlo, segundo porque nos muestra una época interesante de nuestro país y específicamente de nuestra ciudad y, por último, porque puede echar a volar nuestra imaginación.

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